EQUIPO COLOQUIO
El gran acierto de la exposición recién inaugurada en el Museo Palacio Cantón es su aproximación a un tema desde distintos tiempos y perspectivas. Una muestra que puede verse una y otra vez para encontrar detalles diversos. Aprender a mirar lo cotidiano y ordinario con una información renovada. Crecer al indagar en el pasado y admirarse en el presente. Encontrarse en un color, una forma, un tejido. Descubrir una conexión remota con un episodio escondido en la abultada historia oficial. Hallarse en otros, en la identidad propia, con objetos en apariencia insustanciales. Todas esos vínculos son posibles en a través de “La flor en la cultura mexicana” que se podrá visitar hasta el mes de noviembre.

La muestra abre con “La flor, metáfora de lo precioso”. Ahí está su representación visual en vasijas, platos, urnas. Hasta un fragmento de mural. La piedra que, aún en su dureza, permite adquirir las formas floridas gratas y amables. Representaciones grandes o diminutas. Artefactos que revelan la afición ancestral por el arte, la decoración, la estética.
Continúa con “La flor, descripción de lo desconocido”. Aquí las flores de llevó San Juan Diego como prueba de la revelación mariana, en un cuadro atribuido al famosísimo Miguel Cabrera. Allá, una llamativa cruz atrial. Acá, un óleo de la Virgen de Izamal cuya bendición está fecha da en 1769 y la autoría del también renombrado pintor José de de Ibarra.

En “La flor, alegoría de lo divino”, puede destacarse el rescatado ornamento de plata que pertenecía a la catedral de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas. Pieza única, sobreviviente a la acción del periodo revolucionario. No muy distante está la figura en madera de San Sebastián Mártir, en volumen mediano.

El grato paseo culmina con “La flor, síntesis de lo diverso”. Sí, desde una admirable cerámica del árbol de la vida, hasta un soberbio traje huichol trabajado a mano con multiplicidad de motivos florales.

La exposición en el Palacio Cantón logra, muy bien, acercar a ese elemento omnipresente en las más diversas expresiones anteriores y actuales. No hay que perdérsela.
